Gabriel Calarco (editor): La geografía del "Libro de Alexandre" en sus écfrasis

Libro de Alexandre

- Annotations   ·   No Other Contributors   ·   CC BY-SA 4.0

Armas de Alejandro Allí fueron aduchos adobos de grant guisa: 90 bien valié tres mill marcos o demás la camisa; el brïal non serié bien comprado por Pisa; non sé al manto dar preçio por nulla guisa. La çinta fue obrada a muy grant maestría: 91 obrola con sus manos doña Filosofía; más vale la fiviella que toda Lombardía ¡más vale, segunt creo, un poco que la mía!—. Qualquier de los çapatos valié una çibdat; 92 las calças, poco menos, tanto avién grant bondat; quisquier’ querrié las luvas más que grant heredat: nunca qui las oviesse cadrié en mesquindat. Este adobo toviera su madre condesado; 93 al rey Felipo fuera en presente embiado, e fueles muchas vezes en sueños demostrado que non fuesse nul omne de vestirlo osado. La espada fue rica, que fue muy bien obrada 94 fízola don Vulcán: óvola bien temprada—; avié grandes virtudes, ca era encantada: ¡la part’ do ella fuesse nunca serié rancada! Non es ningún mercádor nin clérigo d’escuela 95 que pudiés’ poner preçio a la una espuela; oviera Alexandre dallén’ mar una avuela: en donas ge las dieron quando fuera moçuela. La obra del escudo vos sabré bien contar: 96 ý era debuxada la tierra e el mar, los regnos e las villas, las aguas de prestar, cascuno con sus títulos por mejor devisar. En medio de la tavla estava un león 97 que tenié yus’ la garfa a toda Babilón: ¡catava contra Dario, semejava fellón, ca vermeja e turvia tenié su visïón! Tanta echava de lumbre e tanto relampava 98 que vençié a la Luna e al Sol refertava: ¡Apeles, que nul omne mejor d’él non obrava, por mejor lo tenié quanto más lo catava! ¡Que non digan que bafo!: aún quiero tornar 99 la virtut de los paños de cadauno contar, e si me bien quisieren a derechas judgar, dirán aún que poco las sope preçïar. Fizieron la camisa dos fadas so el mar; 100 diéronle dos bondades por bien la acabar: quisquier’ que la vistiesse non se pudiés’embebdar e nunca lo pudiés’ luxuria retentar. Fizo la otra fada terçera el brïal; 101 quando lo ovo fecho, diole muy grant señal: quienquier’ que lo vistiesse fuesse siempre leal; frío nin calentura nunca’l fiziesse mal. Quisquier’ que fizo el manto era bien mesurado: 102 non era grant nin chico, nin liviano nin pesado; tod’omne que lo vistiesse non serié tan cansado que non folgasse luego, en su virtut tornado. Demás, qui lo toviesse perdrié toda pavor; 103 siempre estarié alegre, en todo su sabor. ¡Manto de tan grant preçio e de tan grant valor bien convinié que fuesse de tal emperador! Ovo el rey Filipo este manto ganado 104 otro tiempo, quando ovo a Serses arrancado; perdiolo él enant’, como omne malfadado; ¡si non, tan mala guisa non fuera aontado! Quiero de la correa un poco renunçiar 105 en pocas de palabras lo cuedo estajar—: qui la toviesse çinta, según oí contar, de nenguna postema non podrié peligrar. Quiérovos esponer la bondat del escudo: 106 fecho fue de costiella d’un pescado corpudo; no’l passarié fïerro —¡non serié tan agudo!—; cavallero que lo toviés’ non serié abatudo. Si lo avié el braço, sí lo avié l’espada: 107 ¡era la maledita de guisa adonada que quienquier’ que colpava sola una vegada en escudo ajeno nunca darié lançada!